Los niños que padecen acoso escolar podrían desarrollar ansiedad de mayores
El 24 por ciento de las personas que padecieron acoso escolar sufrieron un trastorno de ansiedad en comparación con el 6 por ciento de las que no vivieron esta situación, según estudio de la 'Duke University Medical Center' en Durham (Estados Unidos), publicado en 'Jama Psychiatry'.
Además, los niños que dieron cuenta de la intimidación y el acoso que sufrieron eran más propensos a ser diagnosticados con trastorno de pánico o depresión así como de considerar el suicidio de mayores.
"Se sabe lo problemático que es el 'bullying' (acoso) a corto plazo", ha señalado el director del estudio, William Copeland, psicólogo clínico de la 'Duke University Medical Center'. "Me sorprendió que una década después de que padecieran esta situación, todavía veamos las marcas emocionales en las víctimas y sus agresores", ha resumido.
Para la investigación, se encuestó a 1.420 jóvenes de Carolina del Norte, a los que se les preguntó sobre sus experiencias en relación al acoso escolar entre los 9 y 16 años. Tras ello, se les evaluó cuando tenían 26 años.
De este modo, más de una cuarta parte de los niños y sus padres reconocieron que fueron intimidados al menos una vez, y cerca de uno de cada diez aseguró que habían intimidado a otros niños.
Los investigadores encontraron que, en comparación con los adultos jóvenes sin antecedentes de acoso escolar, las antiguas víctimas se encontraban en mayor riesgo para una variedad de trastornos psiquiátricos.
"No es sorprendente que este sea el caso, ya que en parte está relacionado con el trauma de ser intimidado y haber intimidado", ha señalado el profesor de la 'Harvard Medical School', el doctor Mark Schuster, quien no participó en la investigación.
Los intimidadores también tienen riesgos
Por su parte, los jóvenes que intimidaban a otros tenían un riesgo cuatro veces mayor de padecer un trastorno de personalidad antisocial, que se caracteriza por la falta de empatía y el maltrato
a los demás.
El estudio "llama la atención sobre la gravedad de la intimidación", dicen los autores, quienes apuestan por una mayor cooperación entre escuelas, padres y médicos para prevenir el acoso escolar.
"En parte, ellos necesitan un adulto que les ayude en el proceso, que que ponga fin a la intimidación y cree un refugio seguro para ellos", ha señalado el autor. "Tener que guardar el secreto de que está siendo intimidado y no tener a nadie a quien pedir consejo hace que el proceso sea mucho más difícil", ha apostillado.
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