viernes, 8 de noviembre de 2013

El temor a las amenzas hace que la víctima de acoso escolar no solo sienta miedo sino también que se aisle de su entorno

Cada vez son más numerosas las noticias de padres que han denunciado que a su hijo le acosan los compañeros de colegio. A veces estas denuncias llegan demasiado tarde, cuando ya el menor está seriamente perjudicado. No es una cuestión aislada, el acoso escolar existe y no es un problema que haya que dejar pasar porque todavía algunos consideren que «es cosa de niños». Las
Para conocer las claves de esta grave lacra Mirea Long, profesora y especialista en asuntos pedagógicos, co-directora y co-fundadora de la Pedagogía Blanca, ofrece una serie de consejos para que los padres sepan detectarlo y cómo actuar.
—¿Qué se considera acoso?
El mayor problema que supone el acoso escolar es la dificultad para detectarlo. Los adultos que rodean a la víctima pueden no darse cuenta o minimizarlo. El acoso no es el que el niño reciba agresiones físicas. Normalmente esto, que puede o no llegar a suceder, es la culminación de un proceso de victimización muy complejo.
—¿Cuáles es el proceso de un acoso típico?
Comienza con agresiones e intimidaciones que el agredido deja sin una respuesta adecuada y que hacen que los agresores aumenten la intensidad del acoso. Puede comenzar con insultos, motes dañinos, hablar mal del niño y volver a otros compañeros en su contra sembrando rumores malintencionados sobre él. Además, las amenazas para lograr que el niño haga algo que no desea, quitarle un objeto, la misma merienda y hasta pedirle dinero son otras de las manifestaciones del acoso escolar. El objetivo es hacerle sentir miedoa las agresiones, a las burlas, a que se cuente algo negativo sobre él. También, el acoso escolar se puede manifestar con agresión física:darle collejas o ponerle la zancadilla, empujarle o robarle, esconderle o quitarle sus pertenencias.
—¿Cómo es el acoso psicológico?
Es la forma más sutil, pero igualmente daniña, de la violencia escolar. A la víctima no se le deja participar en juegos o en actividades sociales conjuntas, se le aisla, no se le habla y se le ignora activamente. Lo tratan como un apestado y eso hace que, incluso los que no participaban activamente en el acoso, también se alejen de él, por mantenerse en el grupo, por contagio o por temer ser ellos mismos víctimas.
—¿Existe el acoso por cuestión de raza o de sexo?
Hay manifestaciones del acoso escolar que tienen tintes racistas y sexistas como son los motes o comentarios despectivos sobre la minoría étnica o cultural a la que pertenezca la víctima y, en el caso de niñas especialmente, realizar acciones de contenido sexual que las incomoden (como levantarles la falda, decirles groserías o colarse a mirarlas en el baño o cuando se cambian en el vestuario). Especialmente terrible es el acoso sexual a niños y adolescentes homosexuales o con un comportamiento que no se considere la norma entre su género. A veces, el detonante es simplemente que un niño no juegue a juegos de chicos, tenga muñecas o se junte más con las niñas para que sea acosado por homosexual. En los adolescentes, la sospecha de la homosexualidad o su constatación pueden desencadenar una verdadera tortura en la que las agresiones verbales, físicas y sexuales se mantengan durante años.
—¿Cómo distinguimos lo que no es acoso?
Los niños se pelean a veces. No es que debamos aceptar la agresividad como fórmula de relación, pero debemos entender que no todas las peleas son signos de acoso escolar. Incluso puede que se quieran hacer daño en medio de una pelea niños que habían sido amigos y que pueden llegar a serlo de nuevo. Tampoco es que el más débil o el que pierde la pelea esté siendo acosado, aunque sin duda hay que intervenir. Un insulto, una burla, una pelea aislada no son tolerables, hay que actuar, pero no son acoso.
—¿Cuál es entonces la principal diferencia?
El acoso es una situación reiterada en el tiempo, que se manifiesta en diferentes formas de maltrato, en el que la víctima es o termina en una condición de inferioridad y en la que los agresores se cebarán para mantener las acciones de hostigamiento.
Hay situaciones muy graves que tampoco debemos considerar acoso. Son las que se refieren a actos delictivos como las agresiones sexuales, el uso de armas, las amenazas de muerte o aquellas agresiones que ponen en riesgo la integridad de la víctima o su vida. En esos casos ya no hablamos de acoso, son delitos y, además de hablar con el centro escolar, hay que denunciar.
—¿Cómo hay que actuar si sospechamos que nuestro hijo u otro niño sufre acoso escolar?
Cuando observamos, y ya me refiero en cualquier circunstancia, un abuso o un acto de violencia, puede que temamos actuar por miedo a las consecuencias, a ser nosotros mismos las próximas víctimas. A los niños les pasa lo mismo.
Pero no hacer nada es convertirnos en cómplices y estaremos dando nuestra aprobación al maltrato. Hoy denunciaríamos a un vecino que pega a su mujer, a unos padres que agreden a sus hijos o actuaríamos si viéramos un delito, avisando a las autoridades si no somos capaces de evitarlo directamente. Lo mismo pasa con el acoso escolar.
Cuando el niño vea un comportamiento de acoso escolar debe saber que no hay que ponerse del lado de los agresores, no participando ni tampoco riéndoles la gracia. Más bien deben intentar acercarse al niño que sufre y hablar con él, para que les explique cómo se siente y pueden animarlo a pedir ayuda a sus padres o profesores directamente.
Pongamos un ejemplo muy típico: la niña gordita a la que un par de compañeras le hacen comentarios humillantes. Si las otras tres o cuatro amiguitas les recriminan su actitud y se acercan a la niña despreciada, pueden hacer mucho para evitar que las burlas y el aislamiento se enquisten la relación. Sin embargo, si perciben que no, la niña sigue siendo acosada y la situación empeora, haciéndose el grupo acosador más fuerte, deben saber que lo correcto es acudir a un adulto.
—¿Cómo tiene que actuar el centro escolar ante un acoso?
Si la escuela reacciona positivamente el problema puede solucionarse, pero también nos podemos encontrar con una negación institucionalde la violencia si no hay graves signos externos, por lo que el niño acosado vería negado su problema y sin salida posible.
Cuando nos enfrentamos a este problema hay que trabajar contra comentarios que suelen incorporar frases como «es sólo un caso aislado» o «si solamente ha sido una broma», o el más peligroso «son cosas de niños».
Tampoco es aceptable que se pidan informes con datos de daños clínicos en la víctima como criterio para diagnosticar la existencia de un cuadro de acoso escolar, pues el acoso, por naturaleza, no es solamente un problema de agresiones físicas, sino un cuadro mucho más complejo y con un desarrollo en el tiempo que hay que parar cuanto antes.
—¿Cómo pueden evitar el acoso los profesores?
Simplemente estando atentos a algunos signos y entendiendo que este tipo de violencia es algo real, complejo pero que con seguridad está sucediendo en su entorno. No son cosas de niños. Empezando por ahí. Las peores formas de acoso escolar van a suceder cuando el profesor no está presente directamente: en los baños, los patios, los pasillos, vestuarios, salidas de clase y en el comedor. Sin embargo, siempre hay un maestro cerca que puede detectar los signos.
Observando a los niños fuera de aula y su dinámica de grupo, los niños que queden aislados, las pintadas en el baño, los cambios de comportamiento o rendimiento escolar, los rumores que lleguen a sus oídos, la forma en que se tratan, todo puede darnos señales.
Un niño que manifiesta tristeza, miedos o dolores inexplicables, que falte a las actividades o descubramos que nunca es invitado a fiestas o salidas podría tener un problema de violencia escolar.
El que en clase se burlen de él habitualmente o se rían cuando interviene, el que deje de participar activamente o se quede sin compañeros en las actividades de grupo puede también estar siendo víctima de acoso escolar.
Si aparece con golpes y da explicaciones vagas, siempre hay que investigar qué sucede, pues, puede haber una situación de violencia, sea escolar o en otros ámbitos.
La escasa o nula sociabilidad con los compañeros también son signos a los que hay que atender. No se trata de los niños tímidos o de los que sean más exquisitos a la hora de seleccionar sus amigos, pero sí de los que son apartados del grupo o se autoexcluyen de todo.
Muchas veces simplemente hay que saber mirar para ver. Los niños que son diferentes o se comportan de forma diferente necesitan especial atención, pero sin dejar de observar a todos y teniendo en cuenta que, si hay una situación de acoso, cuanto antes se intervenga menores serán las secuelas y que, además de la víctima, los observadores y los agresores también van a necesitar ayuda para reconducir su comportamiento.

Consejos para actuar frente al acoso

jueves, 22 de agosto de 2013

La Gravedad del Acoso Infantil

La frecuencia del acoso infantil y sus manifestaciones más evidentes se han reflejado en los medios de comunicación en los últimos años, y han pasado a ser objeto de estudio de psicólogos e investigadores, pero hasta hace muy poco apenas se les prestaba atención. Existía, tal vez, la extendida creencia de que el acoso infantil no era tal, sino simplemente peleas, riñas, un problema temporal que formaba parte inevitable del crecimiento. Los niños son crueles. ¿A quién no le han pegado en el cole? ¿Quién no tenía en clase un compañero “marginado”? Estas prácticas, además, en el mundo rural del que España proviene no eran en absoluto consideradas como perniciosas: los niños se pegan, los niños se insultan.
Pero los tiempos modernos están poniendo cada vez más atención a un problema que tiene ya nombre propio. El bullying o acoso infantil parece no ser tan inofensivo. No se trata de niños que se pegan entre sí, sino del sufrimiento real que padecen algunos chavales.
Quizás lo más importante del tema es que las consecuencias de este acoso no son en absoluto transitorias, no se trata de un padecimiento que el niño sufre durante un tiempo razonable y luego olvida. El bullying deja importantes secuelas que se revelan en la edad adulta, tal y como demuestraun reciente estudio publicado esta semana en Psychological Science.
Los detalles del estudio
Investigadores de la University of Warwick y del Duke University Medical Center han rastreado la salud de más de 1.400 niños de Carolina del Norte. Sus edades oscilaban de los nueve a los trece años.
No podemos seguir disculpando el bullying, considerándolo inofensivo, casi inevitable, parte del crecimiento
La investigación comenzó en 1993 y, a partir de entonces, los analistas han evaluado la salud de los sujetos cada año hasta los dieciséis. También cotejaron su estado más tarde, a los diecinueve, los veintiuno, los veinticuatro y los veintiséis. Además, a los padres se les preguntó si consideraban que sus hijos habían padecido acoso, o si habían acosado a otros niños.
Aquellos chavales que habían sido víctimas de bullying eran más tendentes a la obesidad y a otros problemas graves de salud cuando se hacían mayores, incluyendo diabetes o cáncer. Además, tenían más probabilidades de ser incapaces de afrontar relaciones (de pareja y amistad) a largo plazo, así como de mantener trabajos fijos.
Los damnificados eran tanto las víctimas como los acosadores. Todos ellos tenían hasta seis veces más posibilidades de fumar cigarrillos, padecer diabetes y desarrollar un cáncer (esto último, probablemente como resultado de sus peores hábitos de salud). Además, eran seis veces más tendentes a padecer un desorden psiquiátrico y todos ellos tenían más papeletas para ser arrestados por diversos crímenes o delitos.
Cómo atajar el acoso infantil
“No podemos seguir disculpando el bullying, considerándolo inofensivo, casi inevitable, parte del crecimiento”, ha dicho en un comunicado de prensaDieter Wolke, uno de los autores del estudio. “Tenemos que cambiar esta mentalidad y hacernos conscientes de que se trata de un problema serio para el individuo y para la sociedad; los efectos son duraderos y significativos”, concluía el investigador.
Ya en 2011 un informe del Centers for Disease Control and Prevention mostraba que el treinta por ciento de los adolescentes americanos admitían haber sido víctimas o perpetradores de, al menos, un “bullying moderado”. De ese grupo, hasta un seis por ciento dijo que había sido tanto paciente como actante del acoso.
El 30% de los adolescentes americanos admitían haber sido víctimas o perpetradores de, al menos, un 'bullying moderado'
Mientras que numerosos estudios e informes habían detallado lo efectos del acoso en los adolescentes, sus efectos duraderos han recibido escasa atención. Sin embargo, recientemente se han realizado no pocos estudios al respecto, y todos ellos muestran que el bullying puede desembocar en problemas notables que perduran a lo largo de nuestra vida. Las alertas para la prevención de este fenómeno son, pues, constantes.
Un estudio publicado en junio relacionaba el bullying entre hermanos con la depresión y la ansiedad. Otro, realizado este año, concluyó que los estudiantes que habían sufrido acoso tenían más posibilidades de padecer depresión y de experimentar pensamientos suicidas.
“Algunas intervenciones se están ya llevando a cabo en los colegios, pero se necesitan nuevas herramientas que ayuden a los profesionales a identificar, monitorizar y manejar los efectos negativos del bullying”, afirma Wolke. El reto es, en cualquier caso, acabar con estas prácticas escolares como sea: aun si sus efectos perniciosos no fueran tan duraderos, no es el padecimiento deseado para ningún niño, que debe asistir al colegio, si no feliz (para muchos las clases son un suplicio), al menos tranquilo.

sábado, 27 de abril de 2013

Carla Herrero Girona 1994

ESCUDOS Y SEUDÓNIMOS
Silay Alkma no es Silay Alkma, al menos no en su DNI. Su nombre real es Carla Herrero (Girona, 1994), pero en un momento de su vida decidió asumir un seudónimo y escribir. En un diario, en Internet o donde fuera. Sufría acoso escolar, eso que hoy también llamamos bullying, y lo hacía desde los 8 años. No lo sabía nadie, ni en casa, ni en el colegio ni en su instituto posterior. Al principio, ni siquiera ella misma. Todos se enteraron con su trabajo de bachiller, un tratado sobre el acoso que recibió el premio del Consell Social de la Universitat de Girona. Hoy Silay Alkma –ya no necesita el seudónimo, pero se ha encariñado con él– estudia allí su primer año de Psicología y da charlas a otros jóvenes en centros e institutos para ayudarles a romper con el silencio y combatir un problema, dice, del que "nadie quiere hacerse responsable".
Empecemos por el principio: ¿cómo comienza el acoso?
De una forma muy light, al menos en mi caso. En el colegio no iba muy bien en los estudios, parecía un poco la que no llegaba al nivel, los profesores te ponen etiquetas, los compañeros las oyen, los compañeros las repiten, ponen otras...
No todos los compañeros, imagino.
No todos, claro. Pero en el acoso el problema también acaba estando en ti, en que al sentirte frustrada empiezas a no tener una relación normal con los demás y eso te convierte en el blanco de los acosadores. Ahí es donde empieza la bola de nieve.
El momento ideal para atajar el problema.
Sí, pero no es tan fácil. A veces por desinterés del centro y de los educadores, pero también porque hablamos aún de educación infantil y es difícil de detectar. Quien lo ve desde fuera piensa que la gente que acosa va con tridente por la calle o algo así. Creen que se les ve, que se les nota. Y no es así.
Y al contrario: pensarán que si no dices nada, si no explotas, no estás siendo acosado.
Claro. Es el problema fundamental, que todo ocurre en silencio.
¿Y por qué se guarda silencio?
Por muchas razones. Esto comienza cuando eres pequeñito y no sabes cómo manejar la situación. Cuando ocurre a esa edad ni siquiera te das cuenta de que estás siendo acosada, como me ocurrió a mí y como le pasa a muchos otros. Es después cuando te haces consciente de ello, cuando un día te paras y dices: a mí no me tratan como me deberían tratar.
¿Cuándo te diste tú cuenta de ello?
Al acabar la secundaria, cuando salí del centro donde estaba y empecé bachillerato en otro. De repente el asunto se acaba, miras atrás y te das cuenta de que has vivido anulada.
Tengo entendido que entonces empezaste a tener muy buenas notas.
Sí, cosa que hasta entonces no había ocurrido nunca. Venía de una media de cinco en secundaria, para que te hagas una idea, y acabé el bachillerato con ocho y en selectividad saqué casi un nueve.
¿Motivación?
Claro. Y normalidad, en el fondo. Descubres que puedes tener los mismos objetivos que los demás porque tienes las mismas posibilidades de alcanzarlos que los demás. Descubres que no eres peor.
Carla, ¿cuál es el problema más acuciante del bullying, el primero que hay que atacar?
El silencio, porque al contrario de lo que se cree, es algo que no depende solo de uno.
¿No?
No. Poco a poco el acoso te va dejando sola. Los demás, no solo los que acosan, empiezan a verte un poco como la rarita, como la apestada, por así decirlo, y dejas de interesarles. Es algo que puedes superar si tienes la capacidad de acercarte a ellos, de darte a conocer, pero si eres víctima de acoso no es tan fácil. Te has perdido esa fase de tu propio aprendizaje. En mi caso porque me retraje y me hice más tímida, pero hay gente que al pasar esa etapa, más propia de la adolescencia, sencillamente tiene miedo a otras personas de su edad. Lo llamamos acoso o bullying, pero es que también es aislamiento.
¿Y los profesores?
Los profesores, en mi caso, ayudaron más bien poco. Recuerdo que cuando era pequeña y suspendía –y suspendía por algo–, había una que siempre se permitía hacer la típica broma sobre mí, en público, delante de los otros compañeros... Hay profesores que no se dan cuenta de que trabajan con niños. Algunos saben mucho de lo suyo, pero de pedagogía nada.
No sé si estás al corriente del caso de Izzan, un niño gallego de 11 años al que sus padres han tenido que sacar del colegio y poner un profesor particular para garantizar su protección, ya que su caso llegó hasta las agresiones físicas violentas sin que nadie lo remediase.
Sí. Lo más doloroso es ver a los responsables del centro eludiendo su responsabilidad en los medios de comunicación, diciendo que bueno, que sí, que puede que hubiera acoso, pero que ellos no tienen la culpa, que lo que dicen los padres no es del todo cierto... Ese niño acabó con sangre en la entrepierna, por el amor de Dios.
Sus padres han solicitado a la Xunta que reubique a su hijo en otro centro, de momento sin respuesta. Lo único que ha pasado, y se han enterado por la prensa, es que Educación ha pedido a la Fiscalía que investigue el absentismo. Se enfrentan incluso a la pérdida de la custodia por desescolarizarlo.  
Es absurdo. Es simplemente absurdo y muy grave.
El ejemplo habla por sí solo, pero aun así te quiero preguntar: ¿en nuestro país existen protocolos de actuación, protocolos reales, rápidos y eficaces, para proteger al menor del acoso?
No, rotundamente. Poco a poco se toma más conciencia, de vez en cuando alguien contempla de posibilidad de empezar a considerar el bullying un delito... Pero no. Los menores que sufren acoso no solo no están defendidos, sino que se enfrentan al rechazo de sus colegios, que en muchas ocasiones lo niegan, al rechazo de los compañeros... Y si esto ocurre en casos donde se da violencia física, imagina cómo se maneja el maltrato psicológico, el verbal, el que te mina poco a poco. ¿A cuántos niños le estarán trasladando sus profesores la idea de que no valen, de que no se molesten en estudiar, que no es lo suyo, cuando lo que les ocurre es que están hundidos porque sufren acoso escolar?
¿Crees que esto ocurre más aquí, donde quizá no hemos desarrollado contra el bullying la misma sensibilidad que podemos ver en Estados Unidos, por ejemplo?
No lo sé. Lo que sí me da la impresión es que aquí se oculta más. Cuando hice mi trabajo de investigación con casos de todo el mundo gracias a jóvenes que contacté en Internet, muchos de allí te decían que los centros no se involucran, igual que aquí, pero que en muchos casos sí hay grupos de apoyo, asociaciones... Se sabe que hay bullying. Aquí estamos en la fase anterior, cuando todo el empeño es decir que no, que esto no ocurre.
¿Y por qué crees que es eso?
Por la reputación de los centros, porque las familias se enfrentan al rechazo... Porque no queremos aceptarlo, en resumen. Aquí hay siempre alguien que sale diciendo: "sí, bueno, pero es que esto ha ocurrido siempre y antes no pasaba nada". ¿No pasaba nada? Es ahora cuando empezamos a enterarnos de casos de suicidios, por poner el ejemplo más extremo. ¿Es que antes no los había, o es que no salían en la prensa porque no se sabía, o no se quería saber, que la verdadera causa era el acoso?
Como con tantos otros casos. Lo llamamos acoso escolar, pero en realidad es una actitud en la que confluye todo lo peor de nosotros: la intolerancia, el machismo, la xenofobia, la homofobia...
Claro. Y estamos permitiendo que todo eso aflore en los centros escolares. ¿Cómo pretendemos que los adultos no sean así si lo permitimos en la escuela?
Es contra lo que luchas tú, si no me equivoco, que ahora acudes de vez en cuando a hablar con los chavales para concienciar.
Sí. Yo no voy a aportar una definición del acoso, que todos sabemos cuál es. Yo voy a hablarles de lo que viví yo. De la frustración, del malestar contigo mismo. Creo que eso cala mucho más, y es importante hacerlo. Mucha gente habla del acoso escolar, pero siempre se da una definición técnica, nunca se cuenta desde la piel del que lo vive, que es el niño.
Como esos decálogos para padres que empiezan por "cómo reaccionar cuando tu hijo dice...", cuando en realidad deberían decir "qué le está pasando a tu hijo cuando dice...".
Exacto. Suena fuerte, pero es que a veces pensamos en los niños como si fueran animalitos, como si funcionasen mecánicamente. ¿Acaso no se deprimen, por ejemplo? Claro que sí. Se deprimen y eso afecta a sus estudios y a su vida, igual que al adulto que se deprime le acaba afectando en su trabajo. Ocurre, pero nadie le presta atención.
Teniendo en cuenta que, como dices, es algo que está ocurriendo, te pregunto: ¿qué es lo más urgente, proteger a los menores con medidas y regulación o concienciar?
Concienciar, sin duda. Si tú proteges al menor y ya está, seguirá teniendo dificultades para relacionarse cuando sea mayor. No se trata de inmunizarle contra el acoso: se trata de que quienes lo hacen no lo quieran hacer.

sábado, 20 de abril de 2013

Involuntary Mental Health Confinement in Florida: The Baker Act & The Ma...

El Tratamiento Forzoso


Tratamiento forzoso es la suma de la historia clínica aplicada y actuales custodia medidas en psiquiatría . Los métodos de coerción externa también pueden utilizar la autodeterminación límite.Aquí, la cuestión de la legitimidad es a la vez terapéutica y en términos simples. Se puede distinguir:
  • Razones (propósitos, objetivos) para la aplicación del tratamiento obligatorio
  • a los métodos utilizados (Medium).

Tabla de contenidos

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Reseña histórica Editar ]

La evitación de la coacción en el tratamiento de los enfermos mentales ha sido y es decisivo para el progreso de la ciencia psiquiátrica. Legendary aquí fue la llamada "liberación de los pacientes de sus cadenas" por el psiquiatra francés Philippe Pinel (1745-1826) en París el Hospital Bicêtre (1793), por Abraham Joly en Ginebra (1787), o por el cuáquero William Tuke por la especial la comunidad cuáquera construido hospitales Retiro de York / Inglaterra (1796). [1] Se considera un nacimiento de una psiquiatría moderna progresista. John Conolly en 1839 representó la máxima de la renuncia a cualquier fuerza mecánica ( sin restricción ). Sin embargo habla Klaus Dörner de dialéctica de la coerción en psiquiatría, Asmus Finzen incluso el péndulo Pinelschen . [2] [3] Por lo tanto, las vicisitudes de la historia están destinados en la que una dirigida nuevos conceptos terapéuticos reformar las instituciones psiquiátricas en el tiempo nuevamente de manifiesto nuevas formas de coacción. Cada idea terapéutico ha sido demostrado ser relativamente a esta idea y no podía demostrar en todos los casos de enfermedad mental como útil. Siempre han mostrado una vez más los efectos más desagradables, que pueden hacer que la insistencia unilateral sobre determinados métodos terapéuticos como obsesiva. [4] [5]

Tratamientos coercitivos legalmente permisibles Editar ]

como excepciones para situaciones de emergencia [6]

Tipos de tratamiento obligatorio Editar ]

Bases jurídicas Editar ]

La legislatura tiene en § 1901A II BGB dispone que la determinación de no libre albedrío no es el paciente competente contra su supuesta intención debe ser tratada. Prácticas coercitivas fueron permitidos por la ley, si la persona no es capaz de dar su consentimiento y el tratamiento obligatorio en términos de amenaza para la salud fue relativamente pesada. Dado que el Tribunal Constitucional Federal el 23 de 03 2011 [7] y 12 10 2011 [8] , en términos de los forenses de los detenidos ha decidido que la detención indefinida de la Ley Ley Baden-Württemberg en la colocación de Renania-Palatinado y mentalmente enfermo constituye una base jurídica suficiente para un tratamiento involuntario, y del Tribunal Federal el 20 de Junio ​​de 2012 Dos métodos para el área de Betreuungssrechts unió, [9] el Bundestag el 17 de Creado en enero de 2013 con la abstención de los Verdes y los votos del partido de izquierda en contra de la enmienda a la § 1906 del Código Civil establece una base jurídica para las medidas médicas obligatorias en el derecho de tutela, [10] [11] el 1 de . Febrero 2013 fue aprobada por el Bundesrat [6] En cuanto a su puesta en libertad o las leyes de alojamiento de los países no son efectivos debido a la jurisprudencia de la Corte Constitucional Federal, que es la adopción de los requisitos legislativos pertinentes de la cuestión de la jurisdicción de las respectivas provincias. Debido a la importante intervención de la garantía constitucional de la libertad de la persona ( artículo 2 GG ) son los proporcionalidadproporcionado atención médica después de la ley de tratamiento obligatorio exigente. Se considerarán sólo si el supervisado no reconocen la necesidad de una acción médica o debido a una enfermedad mental o discapacidad mental o física no puede actuar en el conocimiento. El tratamiento obligatorio sólo es posible en el contexto de una vivienda o el ahora asimilados estancia de instalación y debe ser necesaria, que puede ser evitado por cualquier otra medida razonable y los beneficios deben superar claramente el deterioro para evitar un daño grave inminente. [12]Además de tratamiento coercitivo después de ley de atención y enfermos mentales-ley continúan siendo aprobado por el tribunal, si por su propia seguridad hecha por la persona interesada o de los enfermos mentales-ley para la protección de otras personas. Como parte de la ley de la función, se requiere la autorización del supervisor y el Tribunal de la atención después de tratar de convencer a la asistencia de la necesidad de la acción médica. Estos requisitos están en consonancia con la Convención de Derechos de los Discapacitados de la ONU . [13]

Tratamientos coercitivos médicamente justificadas Editar ]

Tipo de medidas implementadas Editar ]

Psiquiatría, en algunos casos de manera controversial practicado medidas coercitivas se basan en los principios de somatoterapia o en los principios de correlación psicofísica .

Razones terapéuticas Editar ]

Históricamente, la dialéctica de las medidas coercitivas contra los médicos a los enfermos mentales es ilustrar un ejemplo de los puntos de vista de los psíquicos , después de lo cual la enfermedad por la falta de auto-disciplina habían causado. Por cuidado de la disciplina externa intentado psíquicos para reducir la fuerte fuerza externa para el paciente, que entonces era común en las instalaciones y hospitales comunes. Las ideas del médico en Alemania Johann Christian Reil (1759-1813) fue decisivo. Como reformador y promotor del Instituto de Psiquiatría de la esencia que quería que el concepto occidental de tratamiento moral a sus demandas de Alemania " Curmethode mental de ajuste ". Esto debe ser introducido como un tercer método, además de la aplicable también para otras enfermedades físicas medidas quirúrgicas y médicas. Una distinción principal de enfermedad mental puramente físico por lo que no se entiende solamente mantuvo el Reil necesarios cambios en el tratamiento de las enfermedades mentales "estructural" (física) para el altamente específico y diferenciado. [14] El orden y no como una utopía e idealista de realista y empíricamente justificable y también de acuerdo con el método evaluable, escribe Klaus Dörner , aún no ha creado las condiciones sociales, y pretende poner la realidad en una mejor relación. Más bien, como se había planteado una serie grotesca de coacción psicológica. Usted ha tratado de interiorizar la coerción externa. [2] Esta evaluación se hizo eco el historiador médico austríaco Max Neuburger , representada (1868-1955), quien comentó sobre la siguiente manera:
"Los alemanes podrían haber sido ingenioso como todas las demás naciones en la concepción de la tortura con los que trataban de atormentar a sus pacientes". [15]
La dialéctica de tratamiento obligatorio experimentaron un nuevo impulso a la liberación de la coerción por el mid-19th Siglo en Alemania emergente psiquiatría consulta .

Razones profilácticas Editar ]

En cuanto a la protección de la empresa llevó a cabo medidas coercitivas incluyen la detención preventiva de ver. En muchos casos, la detención preventiva se encuentra todavía alojada en centros psiquiátricos, aunque no son enfermos en el sentido médico.

Tratamientos forzosos históricas Editar ]

Presidente para la prevención de la inquietud
Tratamientos forzosos continuos suelen proporcionar los llamados somatotherapeutische medidas dar. Históricamente, siendo el más famoso médico camisa de fuerza , silla forzada y silla giratoria , la esterilización forzada y el trabajo forzado . Los procedimientos de tratamiento anteriores fueron en parte ya en la 18a y 19 Siglo, los dos últimos sobre todo durante el nacionalsocialismo se practica en Alemania. Durante este tiempo, Somatotherapien aplicarse más fuerza se encendió, como el tratamiento de electro-convulsiva . También la administración forzada de sedantes entre las medidas a prueba en este momento. La administración forzosa de tales drogas también tiene un papel como método de matanza en la eutanasia jugado. [16] incluye en los libros de texto de psiquiatría, estos agentes han sido encontrados temprana, como los barbitúricos , ya que en 1879. [17] Los primeros intentos de la fuerza práctica de la terapia ocupacional , ya existía durante la existencia del Hospital General desde el 17 Century.
Sin embargo, incluso en la psicoterapia discusión de técnicas coercitivas, tales como el ejercicio de la facultad de interpretación de ninguna manera debe considerarse como completa. [18]

Resultados y validación de tratamiento forzado Editar ]

Los efectos y resultados del tratamiento fueron obligados por el estudio Eunomía investigado.

Véase también editar ]

Enlaces externos editar ]

Referencias Editar ]

  1. ↑ labrador, Erwin H. : Una breve historia de la psiquiatría . Enke, Stuttgart 3 , 1985, ISBN 3-432-80043-6 , página 34 f
  2. ↑ b Dörner, Klaus : ciudadanos y engañosas, a la historia social y la sociología de la ciencia de la psiquiatría . [1969] Fischer libros de bolsillo de conocimiento, Frankfurt / M, 1975, ISBN 3-436-02101-6 , Capítulo II, el Reino Unido, párrafo 3 movimiento de la reforma y la dialéctica de la coacción, en la página 80
  3. ↑ Finzen, Asmus : El péndulo Pinelsche. , la dimensión de lo social en la era de la psiquiatría biológica. Edición La nave de los locos en Psiquiatría-Verlag, Bonn 1 , 1998, ISBN 3-88414-287-9 , página 10 y siguientes
  4.  col, F.: Philippe Pinel y el legendario "liberación de la cadena" de los hospitales Bicêtre de París (1793) y la Salpêtrière (1795). , Parte II: Antecedentes históricos, alegorías y mitos disciplina genética. Psychiatr. Prax. 23 (1996) 92-97
  5.  Müller, M. recuerdos. Heidelberg, Springer-Verlag, 1981
  6. ↑ b Ministerio de Justicia Federal: el tratamiento forzado, excepto piedra Regele para emergencias (bmj.de)
  7. ↑ Comunicado de prensa del Tribunal Constitucional Federal de 15 04 2011 ley de detención indefinida Renania-Palatinado
  8. ↑ Decisión del Tribunal Constitucional Federal sobre la ley de Baden-Württemberg en la colocación de enfermos mentales
  9. ↑ BGH, decisión de 20 de Junio ​​2012 , caso N º XII ZB 99/12 y BGH, decisión de 20 de Junio ​​2012 , caso N º XII ZB 130/12, el texto completo.
  10. ↑ etapa del plenario 17/217 P. 154 (D)
  11. ↑ enmiendas § 1906 BGB Bundestag papel impreso 17/12086 (PDF, 255 kB)
  12. ↑ versión actual del § 1906 BGB información de la Asociación de Entrenadores Profesionales / dentro
  13. ↑ Junta: Informe Final del Grupo de Trabajo sobre la ley de BMJ (la paritaetische.de)
  14. ↑ Reil, Johann Christian : rapsodias sobre la aplicación de Kurmethode psicológica en trastornos mentales . Hall, 1803, páginas 26 y 49 f
  15. ↑ Neuburger, Max : Psiquiatría británico y alemán en la segunda mitad de los 18 y principios del siglo 19 . Bull Hist. Med. 18:139 ff, página 129 - La versión original de esta cita es la siguiente: Los alemanes parecen haber superado todas las otras naciones de la ingenuidad de las torturas que buscaban imponer sobre sus pacientes.
  16. ↑ Steglich, Wulf y Gerhard Kneuker: Encuentros con la eutanasia Hadamar . Psychiatric Publishing, Rehburg-Loccum 1985, ISBN 3-88414-068-X , página 92 Testimonio de la HermanaPauline Kneissler .
  17. ↑ Linde, Otfried K. : Pharmacopsychiatry en tiempos de cambio. Experiencias y resultados . Tilia, Klingenmünster 1988, página 72 Estos son los libros de texto de Krafft-Ebing , 1879,Kraepelin , 1883, dibujo , 1911, Bleuler llamó en 1911 ".
  18. ↑ Pohlen, Manfred y Margaret Bautz Sr. Wood: el psicoanálisis . - El fin de un poder de interpretación. rororo enciclopedia, Reinbek, 1 1995, "el poder de la interpretación": páginas 15, 21, 30, 33, 73, 97 y siguientes, 105, 110